INGREDIENTES
350 g. de harina de trigo común 00
180 g. de azúcar blanquilla
1 sobre de levadura química en polvo (16 g.)
2 huevos M
250 ml de leche entera
100 g. de nueces enteras
1/2 cucharadita de canela (5 g. aprox.)
1/2 cucharadita de cafe soluble (3 g. aprox.)
2 cucharadas de azúcar para la costra (opcional)
100 g de mantequilla
1 pellizco de sal
La ralladura de la piel de un limón
ELABORACIÓN
En un bol grande batimos los huevos con el azúcar hasta que salga una pequeña espuma y cuando ya estén así añadiremos la leche (mejor que sea entera).
Mezclamos la levadura con la harina y la echamos al bol anterior, volvemos a batir. Dejamos reposar 10 minutos.
En el mismo bol echamos la ralladura de medio limón, un pellizco de sal, media cucharada de café soluble y la mantequilla líquida.
Batimos todo hasta que no queden grumos.
Vertemos la mezcla anterior en un recipiente engrasado con mantequilla y espolvoreado con harina.
Justo antes de meterlo en el horno añadimos con una cuchara las nueces. Para que no bajen al fondo del molde, debemos de enharinarlas.
Espolvoreamos con un poquito de canela molida. La mitad de una cucharadita tipo postre es suficiente.
Horneado y presentación final del bizcocho de nueces
El horno debemos encenderlo con tiempo suficiente para que alcance la temperatura idónea. Unos 15 minutos dependiendo del horno y de la temperatura que se necesite. Precalentaremos a 190º C.
El tiempo de horneado lógicamente varía dependiendo del grosor y tamaño que nos dará el molde que usemos.
Lo horneamos a 170º C durante unos 45 minutos con calor arriba y abajo. En la rejilla que esté a media altura para que el calor sea uniforme, así no se calentará en exceso la base.
Si no tienes rejilla usa la bandeja. No debemos abrir el horno hasta que no esté bien subido y dorado el bizcocho.
Si queréis que os quede con una costra dulce, cuando el bizcocho lleve 1/2 hora echamos dos cucharadas de azúcar por las grietas de la superficie. Las que se forman cuando rompe al subir.
Dejamos el otro cuarto de hora en el horno con la cocción normal.
Mover con cuidado para ayudar a que se separe de las paredes, desmoldar y poner sobre una rejilla a que se enfríe.
Una vez esté totalmente frío el bizcocho podemos ponerlo sobre en un plato o bandeja.
Podemos meterlo en una bolsa apta para alimentos. Cuidando que quede bien cerrada para conservarlo por más días y que no se quede seco.